Una reciente decisión del presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha bajado el umbral para la posibilidad de un ataque nuclear y ha enviado un mensaje directo a Estados Unidos (EEUU). Esto sucedió días después de que Joe Biden había permitido a Ucrania utilizar misiles fabricados por ese país de largo alcance en territorio ruso.

Putin ha actualizado la doctrina rusa sobre "Los fundamentos de la política estatal en el campo de la disuasión nuclear", en la cual se enumeran las amenazas que justificarían el uso de armas nucleares por parte de Rusia, el país con el mayor arsenal nuclear del mundo.

La nueva doctrina establece que Rusia consideraría la opción nuclear si su soberanía o integridad territorial, o la de su aliado Bielorrusia, se viera amenazada de manera crítica por un ataque con armas convencionales. Esta postura representa un cambio respecto del decreto de 2020, que limitaba el uso nuclear a situaciones en las que Rusia enfrentara un ataque nuclear directo o un ataque convencional que amenazara la supervivencia del Estado ruso.

Además, el texto revisado indicó que una respuesta nuclear podría activarse ante cualquier ataque convencional contra Rusia por una nación no nuclear que reciba apoyo de una potencia nuclear. También mencionó una posible respuesta nuclear ante ataques aeroespaciales masivos con misiles de crucero, drones o aviones que ingresen al espacio aéreo ruso.

Posición

Con esta actualización, el Kremlin busca subrayar ante sus enemigos potenciales la seriedad de las represalias que podrían esperar si deciden atacar a Rusia. Para Putin, el uso de armas nucleares sigue siendo un elemento de disuasión fundamental, consignó el medio internacional France24.

Estados Unidos también ha advertido a Rusia en el pasado sobre las consecuencias de emplear armas nucleares tácticas. En 2022, el director de la CIA, Bill Burns, señaló que el gobierno norteamericano había expresado claramente las posibles repercusiones.

Previo a las elecciones presidenciales en Estados Unidos, Putin ya había ordenado modificar la doctrina nuclear, pero estos cambios han sido aprobados oficialmente ahora. 

Según analistas, el presidente ruso intenta con esto trazar una línea roja frente a Occidente, justo cuando la guerra en Ucrania alcanza los 1.000 días. Este conflicto es considerado la confrontación más grave entre Rusia y Occidente desde la crisis de los misiles en Cuba en 1962, cuando las dos superpotencias estuvieron peligrosamente cerca de un enfrentamiento nuclear intencional.

El Kremlin observa atentamente el uso de misiles Atacms de fabricación estadounidense en el conflicto en Ucrania, especialmente en la región rusa de Kursk. Para Putin, este despliegue representa una "participación directa de Estados Unidos, la OTAN y los países europeos en la guerra en Ucrania".